Si un niño o una niña tienen exceso de peso, conviene ayudarle a equilibrar su dieta y hábitos. Los pilares principales para conseguirlo son:
• Tomar más cantidad de frutas y verduras.
• No consumir en exceso chucherías, refrescos, bollería y aperitivos salados.
• Beber agua preferentemente para saciar la sed.
• Hacer 4 ó 5 comidas al día, poco copiosas. Así, estamos saciados y se evita el “picoteo” entre horas. Si tenemos apetito entre comidas, conviene comer fruta.
• Realizar actividad física al menos una hora al día.
• Disminuir el tiempo que se dedica a actividades sedentarias (ver la televisión, jugar con la videoconsola, navegar por Internet, etc.).
El exceso de peso conlleva un aumento del riesgo de padecer enfermedades crónicas, sobre todo:
• Si persiste la tendencia de sobrepeso en la adolescencia.
• Si la grasa se acumula en la cintura.
• Si los progenitores tienen sobrepeso y enfermedades asociadas a la obesidad.
• Si se hace vida sedentaria.
No existe un peso ideal para todas las personas. El peso saludable es inseparable de una buena forma física y de una alimentación equilibrada.
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