• Las golosinas aportan mucha energía, pero pocos nutrientes. Por eso, a veces se dice que son “calorías vacías”, es decir, que ayudan a aumentar de peso pero no a crecer. Por ello, es preferible elegir otros
alimentos.
• Hacen disminuir el apetito a la hora de las comidas.
• Deben consumirse sólo de forma ocasional.
Si acaso, se puede tratar de fijar un día especial o elegir los fines de semana como momento en el que se permita comerlas.
Aunque tampoco conviene que se utilicen como un premio.
• Es conveniente que los adultos limiten la cantidad de golosinas y aperitivos salados que se comen en su familia. Una regla de
oro consiste en “no tenerlos en casa”. Otra, “dar ejemplo”.
• Asegurarse de que los dientes se lavan también después de comer golosinas, no sólo después de las comidas.
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