viernes, 13 de abril de 2012

ESCUELA DE FAMILIA 17 DE ABRIL 2012

DESDE LA FEDERACIÓN DE PADRES Y MADRES DE LA REGIÓN DE MURCIA.

Aprender a poner límites a nuestros hijos, una tarea imprescindible en su educaciónPDFImprimir
  1. De la infancia a la adolescencia o la edad difícil
  2. Excesiva permisividad y métodos autoritarios
  3. Prevenir antes de que sea demasiado tarde
  4. ¿Por qué nos cuesta tanto aprender a decir que no?
  5. ¿Por qué es necesario poner límites?
  6. ¿Cuales son las la función de los límites?
  7. ¿Qué límites debemos poner y dónde está el límite?
  8. ¿Por qué nos cuesta tanto poner límites a nuestros hijos?
  9. ¿Qué podemos hacer Cuando no se respetan los LÍMITES?
  10. Algunas pautas a tener en cuenta
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1.- De la infancia a la adolescencia o la edad difícil
Cuando nuestros hijos e hijas llegan a la adolescencia nuestro papel como padres y madres deben de cambiar considerablemente. Cambio que debe de consistir, en pasar de la protección que hasta ese momento hemos ejercido, a la ayuda que en cada momento necesiten.
Sin embargo, esta situación desborda a muchos padres y madres que no saben muy bien lo que tienen que hacer. Es necesario entender que nuestros hijos entran en una época de transición y que la protección que hemos ejercido, intentando estar encima de ellos, se tienen que cambiar gradualmente, en la medida que vayamos comprobando que nuestros hijos son capaces de afrontar responsablemente los riesgos que les vayan surgiendo.
Al llegar a esta edad de la adolescencia nuestros hijos sienten, cada vez más, la necesidad de autonomía. Sentimiento que les lleva a rechazar la protección del adulto y a enfrentarse a situaciones de riesgo.
Pero lo grave es que alrededor de un 40% de padres dicen sentirse desbordado por los problemas de sus hijos e hijas de estas edades y que les resulta difícil educarles y, en algunos casos, incluso siente miedo de repetir el modelo autoritario en el que ellos fueron educados. Lo que deriva en un exceso de permisividad. 

2.- Excesiva permisividad y métodos autoritarios
Muchas veces, los padres no somos conscientes que con los métodos autoritarios, lo que estamos haciendo es proporcionándole a nuestros hijos un modelo de dominio al que el niño se tiene que someter y que, sin lugar a dudas, puede reproducir desde el papel de dominador.
Con la excesiva permisividad ocurre algo parecido ya que el niño puede convertirse en un pequeño tirano que intenta dominar, incluso a los padres. Todos hemos visto escenas, en distintos lugares, de niños que han intentado salirse con la suya doblegando a sus padres a sus caprichos.
3.- Prevenir antes de que sea demasiado tarde
Para prevenir que estas situaciones puedan darse, es necesario que sepamos proporcionar desde la familia una alternativa enseñándoles que los límites sirven para anticipar hasta donde se puede llegar, es decir lo que se puede y no se puede hacer. Los límites son fronteras que marcan hasta donde se puede llegar y que traspasarlas lleva consigo consecuencias.
4.- La importancia de aprender a decir que no
Es una realidad que, muchas veces, nos cuesta a muchos padres decir “no” a las peticiones de un hijo. Sin embargo, a pesar de lo que se pueda creer, decir "no" a un niño es aportarle seguridad y protección.
Decir que no en determinadas situaciones supone mantenerse firme a pesar de todas las triquiñuelas y zalamerías que puedan emplear nuestros hijos, para que les demos los que nos están pidiendo. Es evidente que hay momentos en el que estamos tentados a ceder, llevados de determinados sentimientos provocados por su actitud y petición reiterada.
Pero, a pesar de todos los pesares, debemos mantenernos firmes y no ceder. Si ellos comprueban que consiguen todo lo que quieren, gracias a sus rabietas y pataletas, terminarán sintiéndose angustiados, por la ausencia de límites. Para ellos es muy importante el que seamos capaces de mantener el “no” ya que supone un punto de referencia. 
Los padres no debemos de dejarnos tiranizar por nuestros hijos. No cedamos ante la presión que puedan ejercer en determinados momentos. Ceder es sencillamente mostrarles nuestra debilidad, lo que, con el tiempo se puede convertir en esclavitud.
Por eso es muy importante tener en cuenta:
  1. La educación es cosa de dos, se debe desterrar aquel famoso dicho que todos hemos oído mil veces cuando éramos pequeños, "lo que diga tu padre o lo que diga tu madre" y al final el niño se salga con la suya en el capricho que buscaba.
  2. Es fundamental no desautorizar al padre o la madre, aunque luego haya un dialogo intimo del por qué de aquella situación.
  3. No debe haber discusiones delante de los hijos sobre lo que nos parece una u otra medida tomada en un momento determinado.
5.- ¿Por qué es necesario poner límites?
Nuestros hijos necesitan ser guiados para que aprendan a comportarse de una manera adecuada, lo que supone establecer una serie de normas que les permita ir distinguiendo lo que se puede o no se puede hacer en determinadas situaciones. De ahí la importancia de poner límites.
Los límites son como “los indicadores del camino” que deben conocer nuestros hijos, para seguirlos. Sin esos indicadores, ellos, no sabrán a que atenerse.
Los hijos deben de entender y saber que los límites que pongamos   son la línea entre lo que esta permitido y lo que no esta permitido. Deben de saber que dicha línea no se puede cruzar.
Ahora bien, las normas o límites deben de establecerse, es lo ideal, de común acuerdo, evitando el “porque lo digo yo”, es decir el autoritarismo.
6.- ¿Cuales son las la función de los límites?
- Los límites protegen. Aunque, nuestros hijos, suelen ver los límites como restricciones, sin embargo, al mismo tiempo, encuentran en ellos una fuente de seguridad, que les hace sentir que nada peligroso les puede pasar. Los límites claros y conocidos generan en ellos una sensación de protección y seguridad.
- Los límites socializan. La firmeza con que los padres seamos capaces de respetar las normas que regulan las actividades cotidianas hace que ellos comprendan que existen estructuras, que todo no da igual, que todo tiene un sentido. De esta manera, los niños van interiorizando las "reglas de juego" de la sociedad.
- Los adultos que conviven con el niño tienen que estar de acuerdo acerca de los límites que debe tener: Debe quedar claro para todos qué se le permite y qué se le prohíbe. En este aspecto debemos de ser cuidadoso con el castigo, porque si éste no se lleva a cabo adecuadamente, el niño no aprenderá lo que es bueno y malo, no fortalecerá su moral.
7.- ¿Qué límites debemos poner y dónde está el límite?
Es evidente que si no ponemos unos limites, es difícil que nuestros hijos sepan hasta donde pueden llegar. Si dejamos el camino sin ningún “stop”, el adolescente no sabrá ni cuándo, ni cuanto tiempo puede dedicar a INTERNET Y JUEGOS, A VER LA TV, es lo que se llama “OCIO EN SOLEDAD[1]” Salidas, hora de vuelta a casa, tareas domésticas o colaboración en casa, hacer la habitación,
Para que no haya confusión y saber cuándo hay que hacer determinadas cosas es necesario que existan normas muy claras y concretas que no haya duda en su interpretación y adaptadas a cada situación y edad.
8.- ¿Qué podemos hacer Cuando no se respetan los LÍMITES?
El que no se respeten los LÍMITES señalados debe traer consecuencias. Las cuales deben de ser proporcionales, directas y, en la medida de lo posible, inmediatas a la situación que las provoca.
Las consecuencias del incumplimiento deben ir acompañado de un castigo que, siempre, debe de adaptarse a la edad del niño y a la gravedad de la situación. Castigo que debe de ser educativo y de reparación del daño causado.
Resumiendo, ¿cómo poner límites? Respetando estas tres máximas:
• Dando el sentido o la razón del límite que se va a imponer. Aunque nos lleve más tiempo, los frutos no tardarán en aparecer.
• Demostrando el afecto que les tenemos. Ello relajará la tensión y hará sentir al niño o al joven que se lo valora.
• Siendo coherentes. Si transgredimos el límite que impusimos, tarde o temprano ello será percibido y tanto nosotros como el propio límite seremos desacreditados.

(Escuela de padres y madres de la federación Regional Juan González)

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